
- La soprano Ainhoa Arteta nos habla de su pasión por el canto, sus principales roles y de cómo ha evolucionado su voz y arte a lo largo de su exitosa carrera.
- Ainhoa Arteta: «Alfredo Kraus me dijo: «A la voz hay que escucharla y jamás obligarla». Es una gran verdad que yo no entendí en su momento pero que el tiempo y la experiencia me han demostrado que es verdad»
Por: Jorge Muñoz Bandera
¿Cuál fue el momento decisivo en tu vida que te hizo elegir el canto como vocación?
Nunca olvidaré la impresión que causó en mí cuando escuché por primera vez a la grandísima Maria Callas interpretando el rol de Carmen en un disco de vinilo que me regaló mi padre cuando yo era tan sólo una niña. Recuerdo perfectamente que, por supuesto sin saber francés, me aprendí la Carmen prácticamente de memoria y pasaba horas y horas cantando y bailando con aquel disco que todavía conservo y que tantos y tantos buenos recuerdos me trae a la memoria.
Ése fue el germen, el origen de mi vocación como cantante lírica porque realmente quedé tan fascinada que a partir de esa experiencia mi deseo fue dedicarme a cantar.
¿Qué papel operístico ha significado más para ti emocionalmente y por qué?
No es fácil elegir solo un rol que emocionalmente haya sido el que más ha significado para mí porque en cada momento de mi carrera todos los roles interpretados han supuesto la superación de retos diferentes, bien por el momento personal en el que me fueron propuestos, por el momento madurativo de mi vocalidad, por el teatro, etc.
Si echando atrás la mirada me detengo en la enorme cantidad de roles que gracias a Dios he podido interpretar, tengo sensaciones muy intensas en cada uno de ellos. Tanto mis Musettas y Mimis en el Met, que interpreté de manera ininterrumpida, como roles más recientes: Butterfly, Tosca, Manon Lescaut, Traviata, entre otros, han supuesto la vivencia y superación de retos que, tanto a nivel emocional como técnico, me han permitido evolucionar, aprender y que ahora, con el paso de los años, compruebo que han hecho posible una carrera longeva y sólida.
Sinceramente creo que sería injusto citar sólo un rol porque todos ellos forman parte de mi trayectoria tanto vital como artística.

Foto: Cortesía de la artista
¿Qué compositor te conmueve más cuando cantas sus obras, y qué sientes al hacerlo?
Posiblemente Strauss con sus Vier Letzte Lieder sea el compositor que más me conmueve.
Cuando canto las cuatro últimas canciones de Strauss siento verdaderamente que estoy en otra dimensión. Siento que Strauss escapa de lo humano para trascender a otro nivel y me hace sentir vehículo de transmisión de sentimientos y sensaciones tan elevadas que escapan de lo terrestre.
Quizás por eso cuando interpreto esa obra (y todas aquellas que me conmueven) siento una enorme responsabilidad porque los intérpretes no somos compositores. Somos los vehículos mediante los que los autores de estas obras tan elevadas deben llegar al público. Ésa es verdaderamente nuestra misión, nada más y nada menos.
¿Cómo gestionas el equilibrio entre la técnica vocal y la expresión emocional en escena?
Afortunadamente en mi etapa de formación en Nueva York estudié en el Actors Studio donde tuve la oportunidad de aprender –con los mejores profesores– técnicas interpretativas necesarias para una carrera como la mía en la que podemos decir que somos cantantes que actúan o actores que cantan ya que cuando estás defendiendo un rol en escena la carga actoral es enorme y debe ir de la mano y en equilibrio con el rendimiento vocal. Si no es así el rol no es creíble y por tanto tu capacidad de comunicación con el público se ve mermada. Es fundamental mantener ese equilibrio entre la parte actoral y vocal y para ello debemos conocer a la perfección tanto las exigencias de cada uno de los roles que debemos defender en escena para poder expresar al máximo lo requerido por cada uno de ellos.
¿Hay alguna canción o aria que te resulte especialmente difícil por su carga emocional?
Como he mencionado más arriba, creo que las Cuatro últimas canciones de Strauss suponen para mí una cumbre a nivel emocional y expresiva.
¿Qué consejo darías a jóvenes cantantes que sueñan con una carrera lírica internacional?
Yo diría que, por encima de ambicionar una carrera internacional, se debería perseguir una carrera longeva porque actualmente estamos viendo cómo muchos jóvenes cantantes líricos, empujados por el deseo de hacer carrera rápida y por otros intereses de agencias o teatros, se ven “obligados” a interpretar roles para los que todavía no están maduros y que, a la larga, suponen acortar y malograr sus carreras.
Como yo digo a menudo: nuestra carrera muchas veces está hecha más de noes que de síes. Es fundamental conocer tu vocalidad en cada momento evolutivo de tu carrera y saber aceptar aquellos papeles que se adaptan a ella sin que suponga un esfuerzo.
Nunca olvidaré una frase del gran Alfredo Kraus que me dijo: «A la voz hay que escucharla y jamás obligarla». Es una gran verdad que yo no entendí en su momento pero que el tiempo y la experiencia me han demostrado que es verdad. Por eso digo que más que buscar una carrera internacional, que llegará si se tienen las características y las oportunidades adecuadas, se debe trabajar para tener una carrera longeva respetando, escuchando y conociendo las posibilidades reales de tu voz en cada etapa de tu vida como cantante.
¿Cómo ha evolucionado tu voz y tu enfoque interpretativo a lo largo de los años?
La voz es un instrumento que está vivo porque el aparato vocal con el que cantamos forma parte de nuestro cuerpo. Y nuestro cuerpo con el paso de los años cambia, madura y evoluciona, por lo tanto, esos cambios fisiológicos lógicos influyen de manera natural en la evolución de la voz que va ganando cuerpo, consistencia y solvencia en el registro lírico. Esto se traduce en que se pueden abordar y defender papeles operísticos y obras líricas que al principio de mi carrera eran impensables e inadecuadas y que ahora se adaptan de manera natural a mis características vocales.

Foto: Cortesía de la artista
¿Qué papel juega el silencio y la introspección en tu preparación antes de salir al escenario?
Normalmente sigo la misma rutina que consiste en guardar reposo vocal desde el día anterior a un recital o función hasta un par de horas antes. Es entonces cuando me activo, caliento la voz, pruebo la acústica del teatro y me sumerjo en un estado de concentración y recogimiento hasta la hora de salir a escena. El silencio y la concentración, al menos en mi caso, son fundamentales, necesarios para salir ante el público, que merece todo el respeto del mundo y que debe escuchar nuestra mejor versión.
Si pudieras cantar un dúo con cualquier artista del pasado, ¿a quién elegirías y qué obra interpretarías?
Uy, no sé. No es una pregunta fácil, pero posiblemente haber compartido escenario con nuestra gran Montserrat Caballé hubiera sido una experiencia única y muy enriquecedora.
¿Qué enseñanza te ha dado la música que aplicas en tu vida fuera del escenario?
Muchas porque la música es mi vida y sin ella no soy capaz de ubicarme en mi vida cotidiana. Para mí la música y todas las sensaciones que transmite son lecciones de vida, sensibilidad, resiliencia, equilibrio, constancia, estudio, capacidad de superación, búsqueda de la excelencia, conocimientos de historia, idiomas, cultura, compañerismo, responsabilidad, autocontrol, disciplina, tenacidad… La música es una excelente maestra.

Foto: Cortesía de la artista
Y por último, ¿Qué legado crees que dejarás a las nuevas generaciones?
Verdaderamente no sé qué decirte. Soy una persona que vive intensamente cada oportunidad que me ha dado (y que me sigue dando) la vida.
Vivo el momento con pasión y poniendo en cada proyecto mi alma y todas mis energías. En ese aspecto sí que tengo que decir que soy generosa con el esfuerzo y la entrega y busco constantemente aspectos que mejorar para acercarme lo más posible a la excelencia. Soy muy exigente conmigo misma porque creo que es el camino que nos permite mejorar y avanzar y nos impide anclarnos en el conformismo.
Por eso creo firmemente que los críticos más severos somos nosotros mismos.
Fuente: www.mediotonoeditorial.com